Una muerte feliz nace de la percepción causada por el fallecimiento de un hermano por un tumor cerebral irreversible, tras meses de padecimientos intensos. A partir de este hecho Küng reflexiona sobre el final de la vida humana para concluir: “Nadie va a hacerme creer que por la voluntad de Dios tendría yo que aceptar finalmente una vida en un nivel vegetativo y, precisamente, como cristiano que soy, tampoco quiero que se les haga creer eso a otras personas afectadas”.
Lee el artículo completo de Ascensión Cambrón publicado en la revista de DMD nº 73.
Hans Küng y la justificación de la eutanasia. Revista-DMD-73 copia
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