La Asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) se solidariza con Sean Davison, detenido el 19 de septiembre en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y puesto en libertad unos días después bajo fianza, acusado de homicidio con premeditación.
Sean Davison, profesor de universidad, director de Dignity South Africa y actual presidente de la Federación Mundial de Asociaciones por una Muerte Digna (WFRtDS), acompañó en 2013 a su amigo Anrich Burger, un médico de urgencias que quedó tetrapléjico en un accidente en 2005, durante su muerte voluntaria.
Llama la atención que la policía haya detenido a Davison solo dos semanas después de la celebración del Congreso Mundial de la WFRtDS en Ciudad del Cabo. El arresto coincide también con un fuerte aumento de la demanda social de una regulación de la eutanasia en Sudáfrica y con el respaldo a la despenalización de la muerte asistida por parte de figuras públicas como el arzobispo y Premio Nobel de la Paz Desmond Tutú.
DMD comparte la lucha de DIGNITY SA, y de su presidente Sean Davison, por el reconocimiento del derecho de cada persona a decidir sobre su propia muerte. A lo largo de la historia, la conquista de derechos civiles no ha sido un camino fácil. Especialmente para los activistas cuyo compromiso personal con la libertad les ha llevado a asumir el riesgo de ser perseguidos y encarcelados.
En todas las sociedades desarrolladas hay una clara mayoría social a favor de que la muerte voluntaria, médicamente asistida, sea un derecho reconocido para toda la ciudadanía. Por desgracia, aunque la postura contrapuesta sea minoritarias, aún conserva una gran influencia. Criminalizar actos compasivos de acompañamiento o ayuda a morir no detendrá esta la lucha por la libertad y los derechos humanos.
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