09 / 2020 REVISTA DE PRENSA INTERNACIONAL
Director del Centro de Expertos de la Eutanasia (antes Clínica del Final de la Vida) desde su creación en 2012, deja su cargo a finales de septiembre. La entrevista cuenta la historia del Centro desde su creación. Critica la noción de «vida completa». «El grupo de personas mayores con una vida completa y sin quejas es casi inexistente».
Predice que la cantidad de eutanasias se duplicará en Países Bajos en los próximos años. «La generación de la posguerra, los ancianos de hoy, han tenido una educación libre y tienen ideas claras sobre el final de su vida». «El Centro de Expertos de la Eutanasia jugó un papel decisivo en el aumento del número de casos de eutanasia en psiquiatría, en la demencia y en las polipatologías de la vejez».
«El número de personas que recibieron la eutanasia por demencia (temprana o avanzada) aumentó de 42 a 162 en ocho años. El Centro se encargó de 96 de estos casos el año pasado. Los casos de eutanasias a pacientes psiquiátricos pasó de 14 a 68, de los cuales 62 se encargó el Centro».
Su juicio sobre la ley holandesa: «Estoy muy orgulloso de esta ley. Está brillantemente escrita, con criterios abiertos que evolucionan con el pensamiento de la sociedad». Incluye, al final, interesantes reflexiones sobre la pendiente resbaladiza.
Su director cuenta cómo ha afectado la pandemia de coronavirus al Centro y qué medidas han tomado
Los pacientes tienen que esperar, de media, dos años para poder acceder a una eutanasia. Siete psiquiatras trabajan en el Centro de Expertos de la Eutanasia. Han buscado más, pero no han encontrado a otros dispuestos a trabajar con ellos. Muchos de sus colegads consideran que la eutanasia en pacientes con un trastorno mental es demasiado complejo.
«Nuestra lista de espera indica que la atención regular de la salud mental todavía no responde con seriedad a las solicitudes de eutanasia». «Se nos menciona con demasiada frecuencia». El Centro ayudó a morir a unos 60 pacientes psiquiátricos el año pasado, mientras que solo hubo seis casos externos.
Un artículo muy detallado sobre el caso de Mirjam Akkersma, una chica de 30 años con trastornos psiquiátricos sevedors(trastorno compulsivo, ansiedad y depresión) que recibirá ayuda para morir este mes en el Centro de Expertos de la Eutanasia. Ella y su médica explican sus motivos y las dificultades para determinar que un paciente psiquiátrico padece un «sufrimiento insoportable que no se puede aliviar».
«Si mañana apareciera un tratamiento que me librara de mi compulsión, no quería tomarlo. Aún me quedaría tanta miseria. Es demasiada».
«Querer la eutanadsia a menudo no significa ‘quiero morir’, sino que ya no puedes vivir. Nadie quiere morir, todo el mundo querría vivir feliz para siempre, pero algunas vidas se tuercen hasta el punto de no quererla».
«Diez veces más personas de las esperadas han optado, este primer año, por poner fin a su vidas en virtud de la histórica legislación de Victoria sobre la muerte asistida voluntaria».
Se pide la derogación de una ley que criminaliza el hablar sobre el suicidio a través de cualquier medio (teléfono, videoconferencia, etc.), lo que obliga a médicos y pacientes a tratar siempre el tema de manera presencial. Es un problema porque Victoria es muy grande y las personas que viven lejos de los centros urbanos y podrían acceder a una muerte asistida realizando las consultas por teléfono o a través de internet lo tienen muy difícil.
«La pérdida de autonomía fue la principal razón que dieron las (124) personas que solicitaron una muerte asistida»
«Este balance muestra que el sistema está funcionando como debería, con 68 rigurosas salvaguardas implementadas, lo que convierte a nuestro modelo en el sistema más conservador del mundo», afirmó la primera ministra de Victoria.
El Parlamento del Estado de Tasmania (Australia) prepara la que puede convertirse en la tercera ley de eutanasia que entre en vigor en el país en los últimos años.
La ley «morir con dignidad» fue rechazada en 2015. Pero el parlamento irlandés volverá a tomarla en consideración próximamente. La norma «toma medidas para ayudar a lograr una muerte digna y pacífica para personas en situaciones concretas».
El marido, un octogenario enfermo de parkinson, había solicitado una muerte asistida. Esta se había autorizado (e incluso había recibido una fecha) en cumplimiento de todos los protocolos y requisitos previstos por la ley. La mujer acudió a los tribunales para impedirlo y, aunque un juez rechazó su petición, su recurso a una instacia superior puso en suspenso el proceso de morir de su marido. Ahora un juez ha rechazado este recurso y reautorizado la eutanasia.
La sentencia de un tribunal quebequense en septiembre de 2019 declaró inconstitucional el requisito de terminalidad que establecen las actuales leyes de eutanasia y conminó a los gobiernos (de Québec y el federal) a cambiar sus leyes en consecuencia. El gobierno federal, en parte a la parálisis parlamentaria debida a la Covid19, consiguió alargar el plazo para modificar la ley hasta diciembre 2020. En Québec, la sentencia fijaba que la sentencia sería efectiva al cabo de 6 meses, pero que los paciente deberían recurrir a un juez si el gobierno no había modificado la legislación. El artículo desarrolla el caso de una paciente que acaba de conseguir la autorización, pero dice también que hubo otros casos y que en todos los casos los jueces accedieron a autorizar la ayuda médica a morir.
Muy buen artículo de opinión de Udo Schuklenk (catedrático e investigador en bioética en la Queen’s University que presidió el Panel Internacional de Expertos de la Royal Society of Canada sobre la toma de decisiones al final de la vida) para defender que los enfermos con trastornos mentales deben poder acceder a la ayuda médica a morir. Combate todos los argumentos en contra uno por uno
Familiares de enfermos que luchar por conseguir en los tribunales una ayuda médica para morir han escrito una carta abierta dirigida a los parlamentarios de Inglaterra y Gales reclamando un cambio en la ley
Varios miembros del Royal College of General Practitioners (RCGP, la institución que aglutina a los especialistas en ‘medicina de familia’) han recurrido a los tribunales para exigir que el Consejo de este organismo cambie su postura sobre la eutanasia. El Consejo del RCGP mantiene su oposición a la muerte asistida voluntaria pese a que una encuesta entre sus miembros en 2019 puso de manifiesto que la mayoría prefería que se fijara una posición neutral, más representativa de la pluralidad que existe entre sus filas.
Ya se ha publicado la sentencia del juicio celebrado el julio pasado por la que se absolvió a Marco Cappato y Mina Welby del delito de cooperación al suicidio por ayudar en la muerte voluntaria de Davide Trentini.
La copresidenta de la asociación Luca Coscioni ha hecho un llamamiento a la ciudadanía italiana para movilizarla contra la inacción de su clase política en todos los temas referidos a las libertades (entre ellas, claro, la de decidir sobre la propia vida).
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