El 30 de octubre se conocieron los resultados del referéndum sobre la Ley de Elección al Final de la Vida (“End of Life Choice Act”) aprobada por el parlamento neozelandés en 2019: el 65,2% de los votantes apoyó la entrada en vigor de la ley, mientras que el 33,8% se opuso. Los resultados definitivos se proclamarán el 6 de noviembre, una vez terminado el recuento de los votos expresados en el extranjero que, según todas las previsiones, no supondrá un cambio sustancial.
El resultado del referéndum es vinculante, y la ley entrará en vigor el 6 de noviembre de 2021, un año después de la proclamación de los resultados definitivos. Durante años, el apoyo a la eutanasia ha rondado los 60-70% en todas las encuestas, con un respaldo generalizado en todo el espectro político. Tanto la recién reelegida primera ministra Jacinda Ardern, del Partido Laborista, como la jefa de la oposición, Judith Collins, del Partido Nacional, votaron a favor de la ley.
Podrán acceder a la eutanasia los ciudadanos neozelandeses mayores de 18 años, que padezcan una enfermedad terminal con un pronóstico de menos de 6 meses, competentes y capaces de tomar decisiones sobre su salud, con “una disminución significativa y continua de su capacidad física” y que padezcan “un sufrimiento insopportable imposible de aliviar”. La solicitud tendrá que ser validada por dos médicos independientes (y un psiquiatra en caso de duda sobre la capacidad del paciente a tomar decisiones). La ley descarta expresamente la enfermedad mental, la edad avanzada y dolencias que afecten a la autonomía como razones para acceder a la eutanasia.
Comparte este artículo