La eutanasia es una experiencia hermosa. Técnicamente es muy sencilla. Una enfermera coloca una vía, se inyecta un hipnótico y la persona se duerme. Luego, un inductor del coma y en unos minutos deja de respirar y muere. Por seguridad, se administra un paralizante neuromuscular. En media hora todo ha terminado. A diferencia de otros actos médicos, lo más importante no es la técnica, que es fácil, sino la decisión, de morir, y de ayudar a morir.
La decisión. Esa es la esencia de la eutanasia, la que la dota de sentido y la configura como un derecho fundamental y una genuina expresión de libertad. Al doctor Luis Montes le gustaba distinguir entre dar «muerte» y dar «la muerte».
Lee el artículo completo de Fernando Marín publicado en la revista de DMD nº 87.
La eutanasia es una experiencia hermosa. Por Fernando Marín. Revista-DMD-87 copia
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