Apreciados lectores y lectoras de la revista DMD. Confieso que me siento extraño escribiendo esta carta después de tantos siglos. Sé que mi organismo es ahora solo unos cuantos huesos polvorientos tras la lápida de la iglesia parisina donde me enterraron, pero he de reconocer que cada vez que alguien aún piensa en mí al estudiar algunos temas de matemática o de física sobre los que investigué siento revivir en sus mentes y en sus corazones.
Lee el artículo completo de Antonio Aramayona publicado en la revista de DMD nº 68.
Carta de Blaise Pascal a las socias y socios de DMD. Por Antonio Aramayona. 68-revista copia
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