La enfermedad, el final de la vida y la muerte siguen siendo cuestiones difíciles de abordar. El arte no puede quedar ajeno a la sensibilidad social, mayoritariamente favorable a la eutanasia, y al debate social incipiente sobre la muerte voluntaria.
Por LOREN ARSEGUET
En DMD utilizamos el enorme poder concienciador de la literatura y sobre todo del cine, a través de cinefórum y de tertulias literarias, para superar el tabú de la muerte y construir una nueva cultura del final de la vida y del morir, laica y democrática.La buena muerte, la eutanasia y la muerte voluntaria están muy presentes ahora mismo en el debate público gracias a varias películas recientes e incluso declaraciones públicas de sus directores. El silencio que solía rodear el final de la vida se está resquebrajando, cae el tabú
TRES PELÍCULAS POR DESCUBRIR
Este otoño podemos ver tres películas que abordan la problemática del ‘buen morir’: La habitación de al lado de Pedro Almodóvar, León de Oro en el Festival de Venecia y El último suspiro de Costa-Gavras presentada en el Festival San Sebastián y Polvo serán de Carlos Marques-Marcet, presentada en la Seminci de Valladolid. En el caso de las dos primeras películas, nos han llamado la atención las declaraciones públicas de los dos directores, profusamente difundidas por los medios de comunicación: unos alegatos clarísimos a favor de la eutanasia e incluso de la muerte voluntaria.
La película de Almodóvar, como la novela que la sustenta, cuenta la historia de “una mujer que agoniza en un mundo agonizante y de la mujer que decide acompañarla en sus últimos días”, declaró el director, matizando más adelante que “no solo habla de la solidaridad sin límites, sino también de la decisión de un personaje de terminar con su vida cuando esta solo le ofrece un dolor sin solución”.
Las declaraciones de Almodóvar en la gala en la cual le fue entregado el León de Oro en Venecia, son una clara reivindicación de la libertad a decidir al final de la vida:
“Despedirse de este mundo limpia y dignamente creo que es un derecho fundamental de todo ser humano. No es un asunto político, sino humano y es desde la humanidad como hay que abordarlo, aunque los gobiernos tengan que articular las leyes adecuadas para que esto se pueda llevar a cabo. Sé que este derecho atenta contra cualquier religión o credo que tenga a Dios como única fuente de vida y por lo tanto ha de terminar con ella. Yo les pediría a los practicantes de cualquier credo que respeten y no intervengan en decisiones individuales al respecto. El ser humano debe ser libre para vivir y para morir cuando la vida sea insufrible.”
No nos cansamos de escuchar el discurso de Pedro Almodóvar tras ganar el León de Oro del Festival de Venecia 👏🏽 pic.twitter.com/8Yz13Pi5bt
— Derecho a Morir Dignamente (@derechoamorir) September 21, 2024
Siguió un larguísimo aplauso del público. Desde DMD queremos agradecer una película y unas palabras que vuelven a poner el foco sobre un tema que Costa-Gavras califica de “gran tema del siglo XXI”.
«YO VOY A MORIR, AYÚDAME A MORIR»
En la película de Costa-Gavras, un filósofo y un médico paliativista debaten y se confrontan a situaciones de final de vida y a la muerte. “Estamos en un momento en el que hay que hablar a la sociedad del asunto” porque “lo fundamental es partir con dignidad para uno mismo y para los que quedan”, declaró el director cuya intención expresa es luchar contra el tabú que rodea la muerte -“un tabú total”- para que podamos prepararnos para el final ineludible, “la partida”, como la llama, en vez de esperarla pasivamente.
Aunque su película parte de un libro centrado en los cuidados paliativos, sus palabras van más allá: “Los Estados deberían tener el valor – bueno, los políticos- de crear más allá de los cuidados paliativos, lugares donde alguien llegado al punto en que la vida ya no le interesa, o cuyo organismo, el cuerpo no puede más, o la memoria le falla y ya no desea vivir, pueda morir, decir ‘Yo voy a morir, ayudadme a morir’.”
¿UN MUSICAL SOBRE LA EUTANASIA?
Polvo serán es una película difícilmente clasificable: ¿drama?, ¿comedia?, ¿tragicomedia?, ¿musical? Un poco de todo en una mezcla no siempre acertada según la crítica. Claudia y Flavio, dos artistas de teatro mayores, viajarán a Suiza, a la clínica de Dignitas en Zurich decididos a morir juntos. Antes de emprender el viaje, tienen que compartir su decisión con los hijos, que no siempre la entienden ni la comparten. Claudia está muy enferma, pero Flavio no, simplemente después de muchos años de vivencias compartidas, la vida no tendría sentido sin ella. Según declaró su director, la película es una «tragicomedia musical que habla de la vida, de una decisión, cómo tomarla y cómo afecta a lo que le rodea».
Preguntado sobre la Ley de Eutanasia, el director dijo: “Es un primer paso, pero faltan muchos más por dar si queremos normalizar el derecho de la gente a un final digno. Es importante seguir hablando del asunto y dejar de demonizar la muerte. Estoy convencido de que garantizar el derecho a morir, y compartir conversaciones y debates sobre la muerte, evitaría muchos suicidios violentos y dolorosos”.
Es preciso señalar que la película, al presentar el suicidio asistido de una pareja en la cual uno de los dos no está enfermo, se adelanta a la realidad: el suicidio en pareja a día de hoy solo es posible si las dos personas padecen una enfermedad incurable con un sufrimiento intolerable.
TAMBIÉN UN DOCUMENTAL Y DOS SERIES
Queremos también señalar una película documental La decisión de Joaquina, dirigida por Javier Falcó. Recién estrenada en Valencia, es el relato de una batalla por la muerte digna. Joaquina Sánchez fue una militante por la libertad en los tiempos negros de la dictadura, y fue una mujer de vanguardia en su deseo de morir sin pasar por un calvario de sufrimiento. Enferma avanzada de Alzheimer, le cerraron las puertas de la eutanasia, pero sus hijas se juramentaron para cumplir con su voluntad y lo consiguieron. Hablaremos más ampliamente de este caso y de la película en el próximo número de esta revista.
Rapa es una excelente serie policíaca muy popular trata, como línea secundaria del relato, de la decisión de morir. A lo largo de las tres temporadas seguimos la evolución del personaje principal, Tomás, enfermo de ELA: los primeros síntomas de la enfermedad, las dificultades y la dependencia crecientes en la vida cotidiana, y la firme voluntad del personaje de decidir cuándo, cómo y dónde morir. Un tratamiento cuidadoso del tema que provoca a la vez empatía y reflexión y contribuye ciertamente a normalizar el tema.
Y finalmente una serie —mejor dicho, miniserie— inglesa de Channel 4 que se podrá ver en Filmin, True Love. Nos llega precedida por críticas muy positivas de su país de origen, que hacen hincapié en la honestidad y sensibilidad con la cual se trata el tema de la ayuda a morir. En la serie, cinco amigos de la infancia, todos en la setentena, se reúnen en un funeral. Se comprometen a ayudar a morir a cualquiera de los miembros del grupo de manera digna en el caso de que así lo necesite. Uno de ellos padece una enfermedad terminal. Cuando pide que se cumpla el pacto, pone a prueba la determinación de todos y los lazos de su amistad.
Artículo publicado originalmente en el número 92 de la revista de DMD.
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