¿Por qué la sociedad española apoya la eutanasia?
Por la confluencia de varios factores. No será uno menor el haber sufrido una dictadura de cuarenta años en que la religión ha tenido un papel fundamental de soporte doctrinario del régimen. La transición ha actuado como facilitadota de la liberación de las conciencias. Quienes vivieron la dictadura fueron educados en la aceptación de la muerte cómo y cuándo Dios quería y del sufrimiento como algo consustancial con la naturaleza humana (el mundo como «valle de lágrimas»). La democracia y la apertura a los Derechos Humanos Universales proclamados por la ONU años antes de la muerte del dictador, llevaron al convencimiento de la población la legitimidad de buscar la felicidad evitando el sufrimiento. El saberse sujetos de derechos, ciudadanos y no súbditos, facilitó el sentir de la vida como una propiedad y reclamar el derecho a gobernarla, especialmente en el momento final cuando ya de nada sirve sufrimiento alguno.
Por otra parte, el desarrollo tecnológico de la medicina moderna ha llevado a prolongar el proceso final de las enfermedades y con ello a incrementar el sufrimiento asociado. Una de las encuestas de opinión sobre la asistencia en la muerte reveló que más de el 50% de las personas encuestadas había asistido a la muerte entre enormes sufrimientos no adecuadamente aliviados de al menos una persona cercana.
La sociedad española descubrió hace años que en España se muere bien o se muere mal según el médico que te toque. Tomar las riendas de las decisiones que nos afectan, especialmente al morir, es la única manera de garantizarse una muerte digna. La sociedad española es consciente de ello.
El papel de DMD en el apoyo mayoritario a la eutanasia
La sociedad española se ha manifestado a favor de no prolongar innecesariamente el sufrimiento que comportan las enfermedades incurables y terminales desde hace muchos años. No es ajena al posicionamiento ciudadano la lucha pública en los años 90 del siglo XX del gallego Ramón Sampedro que, años después se llevaría a la pantalla de la mano de Amenábar con «Mar adentro». Aquella «cabeza en un cuerpo muerto» inició la reivindicación pública de la eutanasia y, desde el imaginario común, ha acompañado el camino hasta la aprobación de la Ley de Eutanasia. Un camino sembrado de los testimonios públicos de personas valientes que, con ayuda de terceros cuando ha sido necesario, han llevado a primera plana su negativa a vivir su final del modo que otros habían establecido como obligatorio.
En este contexto, desde la primera vez en que se preguntó a la población española por su opinión sobre la eutanasia, el apoyo a la eutanasia ha sido mayoritario. Lo ha hecho, además, de modo creciente: Si en 2009 la encuesta del CIS encargada por el Ministro de Sanidad, Bernat Soria, mostraba que el 73% de los encuestados estaban a favor de la eutanasia, en la última de Metroscopia 2019 el porcentaje asciende al 87%.
No se trata de ponernos medallas injustificadas pero la presencia de DMD en todos estos años y la labor de difusión e información no es ajena a este posicionamiento como sociedad.
Una vez aprobada la Ley DMD seguirá informando a la población y a los profesionales implicados, vigilará su cumplimiento y seguirá dando apoyo a quienes se sientan dueños de su vida.
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Revista de prensa internacional – 2ª quincena de enero 2021
Se trata de un proyecto sin fines de lucro, que responde al deseo de muchos pacientes de no morir en un entorno hospitalario y también a la dificultad de acceder a la muerte médicamente asistida en residencias o instalaciones sanitarias de obediencia religiosa. Está formado por un grupo de médicos, enfermeras, especialistas en ética, defensores y voluntarios que creemos en la elección, la tranquilidad y la dignidad al final de la vida de los pacientes y sus familias.
Además, MAiDHouse proporciona información y asesoramiento a los pacientes en el proceso de solicitar una muerte médicamente asistida.
Programas de los ciclos de cine de DMD Aragón
Desde 2018, DMD Aragón organiza cada año un ciclo de cine sobre eutanasia y toma de decisiones al final de la vida. En 2018, 2019 y 2020 se celebraron de forma presencial. Se proyectaron las películas y, tras cada pase, se celebró un debate con el público, a menudo con la presencia de alguna persona relevante del mundo de la cultura. Las tres ediciones contaron con un gran éxito de público.
En 2021, pese a la pandemia, también se celebrará el ciclo de cinefórum, aunque esta vez de manera online y sin proyección pública de las cintas.
Aquí los programas de todas las ediciones:
2021
2020
2019
2018
Revista de prensa internacional – 1ª quincena de enero 2021
“Un estudio del 4 de enero en el Journal of American Medical Association, encontró que un abrumador 71% de los estadounidenses cree que las decisiones personales sobre su salud deben tener prioridad sobre los valores religiosos de un centro de atención médica. Desafortunadamente, al final de la vida, las instituciones religiosas suelen dictar las decisiones de atención, independientemente de las preferencias del paciente.”
El artículo trata -con ejemplos- de la absoluta falta de respeto a la autonomía del paciente en las instituciones sanitarias de obedencia confesional en EEUU.
Las dificultades para hablar del tema se superan cuando se encuentra la forma de expresar los sentimientos. Entendiendo que las palabras que usamos son importantes, han desarrollado este curso:
Dying2Learn para ayudar a cualquier persona a tener una conversación sobre la muerte con familiares, vecinos o compañeros de trabajo. El recurso ínteractivo, online, estará operativo a mitad de este año.
El informe de la CCA se publicó en diciembre 2018. En mayo de 2019, se convocó al Grupo Halifax para explorar si podría hacer recomendaciones a los gobiernos con respecto a la MAiD para personas con MD-SUMC.
Link al informe (en inglés) con recomendaciones sobre las modificaciones que se podrían introducir en la ley federal y la ley quebequense de ayuda a morir
“Los sospechosos tienen entre 60 y 80 años y han ejercido profesiones intelectuales y medicales: profesores, fisioterapéutas o sicólogos. (…) El martes (12/01) el juez instructor ha convocado a una decena de militantes particularmente implicados en la asociación. Según las informaciones se les sospecha de haber ayudado a otros socios a conseguir las dosis letales de barbitúricos comunicándoles direcciones mail encriptadas para pedir los frascos d Nembutal en Estados-Unidos por 650€ de precio medio. Toda incitación al suicidio es un delito castigado con 3 años de cárcel y 45.000€ de multa.”
Revista de prensa internacional – 2ª quincena de diciembre
“El aumento será más importante este año. Pensábamos que como los médicos estaban menos disponibles (con la Covid), este número disminuiría, pero no es lo que está sucediendo.(…) Es difícil medir el impacto preciso de la Covid», dice M. Bureau, presidente de la Comisión sobre los Cuidados al Final de la Vida, «pero está claro que personas que pensaban en la ayuda a morir han adelantado la fecha de su fallecimiento».
1. Criterios de acceso a la muerte médicamente asistida
2. Asesoría y preparación del paciente para la muerte médicamente asistida
3. El día de la muerte asistida
Este año, un proyecto de ley presentado en la cámara de representantes del estado podría anular este derecho y tiene posibilidades de ser aprobado ya que, después de las elecciones de 2020, el partido Republicano controla ambas cámaras legislativas y el Ejecutivo estatal.
Eutanasia y Cuidados Paliativos son complementarios
Aunque la postura oficial del paliativismo en España es la incompatibilidad entre paliativos y eutanasia, hasta el punto de afirmar que los cuidados paliativos son «el antídoto contra la eutanasia», lo cierto es que eutanasia y cuidados paliativos son complementarios y no excluyentes que responden a la pluralidad de cualquier sociedad libre. Con todo derecho, hay personas que rechazan desde el principio recibir cuidados paliativos y piden directamente la ayuda para morir pero la mayoría elige recibir cuidados paliativos para aminorar el sufrimiento que las enfermedades terminales comportan y algunas de ellas solicitarán la eutanasia a lo largo de la evolución.
La experiencia desmiente la oposición paliativos/eutanasia: en Bélgica por ejemplo, en el 60% de los casos un médico paliativista participa en la toma de decisión del proceso de eutanasia, que se practica también en centros sanitarios de titularidad religiosa con la exigencia de que sea practicada por un médico paliativista, precisamente.
Por ello, tanto en Bélgica como en Canadá, tras el desarrollo de las leyes de eutanasia, las asociaciones de cuidados paliativos han abandonado el discurso contra la eutanasia y consideran hoy que eutanasia y cuidados paliativos son complementarios «no son antagónicos ni alternativos. La eutanasia puede formar parte de los paliativos” e instan a sus miembros a «respetar la autonomía del paciente con todas las consecuencias».
Para más información consulta el estudio elaborado por Australia sobre la experiencia internacional de la despenalización de la muerte asistida y el sector de los cuidados paliativos. Lectura en inglés.
Los cuidados paliativos para algunas personas no son la única solución
Los cuidados paliativos son un enfoque de la medicina centrado en aliviar y acompañar a la persona enferma cuando no es posible la curación. Pero ni los mejores cuidados paliativos pueden eliminar completamente el sufrimiento, ni siquiera el dolor físico. Pretender, como hace el discurso oficial paliativista, que con unos cuidados paliativos excelentes se eliminan las peticiones de eutanasia es una falacia interesada; así lo demuestra la experiencia: el 90% de pacientes que solicitan el suicidio asistido en Oregón y el 72% en Bélgica estaban recibiendo cuidados paliativos de la máxima calidad.
En nuestro caso, más del 95% de los médicos españoles (estudio 2.451 CIS. 2002) consideran que ni los cuidados paliativos de máxima calidad evitarían peticiones de eutanasia.
El hecho es que, como cualquier dispositivo sanitario, los cuidados paliativos no pueden imponerse pues se rigen por el mismo principio de respeto a la autonomía personal –consentimiento informado– consagrado por las leyes sanitarias. En una sociedad democrática avanzada, cualquiera debe tener la libertad para decidir cómo quiere vivir el proceso final de su enfermedad y algunas personas, que quieren decidir hasta cuándo desean ser cuidadas, prefieren no prolongar un final que, con paliativos o sin ellos, es inevitable.
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¡Comienza el debate ciudadano sobre la ley de eutanasia!
La primera actividad para difundir la ley de eutanasia desgrana sus artículos claves desde el punto de vista de los derechos de las personas y las obligaciones de los profesionales sanitarios. En especial, el papel de los médicos de cabecera o Atención Primaria y la integración de la prestación en el sistema informático del Salud.
Revista de prensa internacional – 1ª quincena de diciembre 2020
A pesar de su obstrucción, el proyecto de ley, presentado en el mes de febrero por el gobierno, ha sido finalmente aprobado por el parlamento por 212 votos a favor y 107 en contra el 10 de diciembre.
Ahora lo tiene que aprobar el senado, en teoría antes del 18 de diciembre, límite del segundo plazo acordado al gobierno por el tribunal de Québec para modificar la ley.
“Los asistentes al suicidio de EXIT son autónomos. Por cada caso reciben CHF650 ($ 730). Además de eso, reciben una asignación básica para gastos como llamadas telefónicas y viajes al lugar del fallecimiento. “Por regla general, un asistente suicida dedica unas 20 horas a cada caso. Eso equivale a una tarifa por hora de 35 a 40 francos por hora, aproximadamente el equivalente a la retribución de trabajos de enfermería”.
Mayores y sutiles diferencias se ponen de manifiesto si se toma como referencia género, raza, educación… La encuesta muestra diferencias en los tipos de enfermedades que la gente más teme, cómo la religión afecta al punto de vista sobre la muerte y cuándo detener un tratamiento en el fin de la vida.
Entre afroamericanos e hispanos es más probable que las creencias religiosas guíen sus deseos relacionados con el final de la vida. Los primeros, con mayor frecuencia que otros grupos, quieren continuar tratamiento en caso de tener una enfermedad incurable y debilitante, probablemente reflejando antiguos miedos de no recibir tratamiento debido a la discriminación.
La encuesta muestra también que las mujeres, más que los hombres, consideran que hablar públicamente sobre la muerte es bueno.
¿Quién puede solicitar una eutanasia en España?
La Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia detalla en qué circunstancias se puede solicitar una eutanasia. Para poder recibir ayuda para morir una persona tiene que reunir los siguientes requisitos:
- Tener nacionalidad española, residencia legal en España o certificado de empadronamiento que acredite un tiempo de permanencia en España superior a 12 meses.
- Ser mayor de edad.
- Ser capaz y consciente en el momento de la solicitud y actuar sin presiones externas.
- Disponer por escrito de la información sobre su proceso, las alternativas y posibilidades de actuación, incluida la de acceder a cuidados paliativos.
- Formular por escrito dos solicitudes de eutanasia con un intervalo de al menos 15 días.
- Sufrir una enfermedad grave e incurable o un padecimiento grave, crónico e imposibilitante, con un sufrimiento físico o psíquico constante e intolerable certificado por el médico responsable.
Antes de poder proceder a la eutanasia, el cumplimiento de todos los requisitos tiene de ser certificado, además de por el médico que reciba la petición, por otro médico independiente, por dos miembros de la Comisión de Garantía y Evaluación correspondiente y, en su caso, por el pleno de la misma. Consulta los pasos para solicitar una eutanasia.
¿Qué enfermedades entran en la ley de eutanasia?
La despenalización de la ayuda para morir solo se contempla en dos supuestos: en caso de enfermedad irreversible que provoca severas limitaciones a la autonomía y para pacientes en fase terminal.
- O en el caso de que una persona con «un padecimiento grave, crónico e imposibilitante». Tal padecimiento viene definido como “situación que hace referencia a limitaciones que inciden directamente sobre la autonomía física, y actividades de la vida diaria, de manera que no permite valerse por sí mismo, así como sobre la capacidad de expresión y relación, y que lleva asociada un sufrimiento físico o psíquico constante e intolerable para quien lo padece, existiendo seguridad o gran probabilidad de que tales limitaciones vayan a persistir en el tiempo sin posibilidad de curación o mejoría apreciable. En ocasiones puede suponer la dependencia absoluta de apoyo tecnológico”. Son situaciones en las que no existe un pronóstico de fallecimiento a corto plazo, en las que la persona tiene limitaciones en su autonomía («no puede valerse por sí misma»), por enfermedades degenerativas como ELA, Esclerosis Múltiple, pluripatología asociada a la edad, etc.; o con una dependencia para todas las actividades, como el caso de Ramón Sampedro. También cumplirían estos requisitos las demencias moderadas o avanzadas, pero solo si se ha solicitado expresamente la voluntad de morir con anterioridad en un testamento vital.
¿Puedo solicitar una eutanasia para un familiar u otra persona?
No, nadie más que la persona que recibiría la eutanasia puede solicitarla. Se trata de una petición individual, seria y reiterada que no puede formularse por representación. Ni siquiera en el caso de un representante legalmente nombrado.
¿Cómo puedo solicitar una eutanasia si tengo demencia o no puedo comunicarme?
Lo que la ley admitirá es la solicitud anticipada mediante un documento de Instrucciones Previas (testamento vital). El representante legal de la persona incapaz o el propio médico responsable podrán presentar la solicitud previa documentada. Si, y solo si se reúnen el resto de requisitos exigidos, podrá iniciarse el procedimiento con los mismos controles que para el caso de una persona en pleno uso de sus facultades.
Por eso ahora más que nunca, es de vital importancia realizar el documento de instrucciones previas. El testamento vital es la única herramienta que nos permite solicitar una muerte rápida e indolora, en caso de que una personas se encuentre en una situación irreversible y que no pueda comunicarse.
Si padeces alguna enfermedad en la que se van perdiendo facultades mentales, es imprescindibles que hagas tu testamento vital cuando aún conserves tus capacidades mentales.
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