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En España apenas hay datos sobre cuántas personas manifiestan su voluntad de morir o piden a sus médicos ayuda para hacerlo. En parte, porque la eutanasia y el suicidio asistido son delitos tipificados en el Código Penal. Pero, si estas prácticas se regulasen, ¿cuántas solicitudes habría? ¿Y cuántas cumplirían los requisitos, se aceptarían y llevarían a cabo?
No podemos saberlo, pero podemos aproximarnos con las cifras de los países que han regulado la muerte asistida. Las eutanasias suponen un 2,1% del total de fallecimientos anuales en Bélgica. De las casi 110.000 muertes que registraron en 2017, hubo 2.309 por eutanasia. Si trasladásemos este porcentaje a España, que registra unos 420.000 fallecimientos anuales, serían algo menos de 9.000 eutanasias al año.
En Países Bajos, el país con más muertes asistidas del mundo, esta llega al 4,4% (6.575 eutanasias por 150.000 fallecimientos en 2017). Con este porcentaje, en España se realizarían cerca de 18.500 eutanasias al año.
Sin embargo, es posible que los porcentajes de España fuesen más bajos. Si segregas las eutanasias de Bélgica por región, Flandes (de habla neerlandesa) tiene más del doble que Valonia (francófona). Ambas regiones comparten la misma legislación sobre muerte asistida, pero en esta última el porcentaje es de apenas un 1%. Con esta proporción, el número de eutanasias anuales en España estaría alrededor de las 4.200.
Esta tasa del 1% de eutanasias sobre el total de muertes anuales es similar a la de Canadá y Luxemburgo, otros dos países que han despenalizado la ayuda médica a morir.
¿España se parece más a Países Bajos, a Flandes o Valonia? Es difícil decirlo. Pero hay más motivos para suponer que la tasa de eutanasias en España será algo menor; entre otros, que los requisitos para acceder a una eutanasia en España serán más restrictivos.
Todas las leyes de eutanasia del mundo recogen unos supuestos que debe cumplir una persona para acceder a la ayuda médica para morir. No todas las peticiones se aceptan. En las que sí se hace, la propia persona puede decidir cuándo morir. Algunas no toman la decisión nunca y fallecen de forma natural.
En Oregón, con un modelo de suicidio asistido más individualista (diferente al europeo), casi el 40% de las personas que solicitan la receta de un medicamento letal nunca llegan a tomárselo. Lo que desean es tener esa opción, ese “plan B”, aunque a menudo no recurran a él.
En BENELUX, por su parte, casi la mitad de las solicitudes de eutanasia nunca llegan a concretarse. Muchas son rechazadas porque no cumplen los requisitos. En otras, la persona muere de forma natural mientras completa los procedimientos que exige la ley. Si esto también se cumple en España, se puede esperar que el número de solicitudes de eutanasias sea el doble que las que finalmente se lleven a cabo.
Como con cualquier nuevo derecho, harán falta varios años para saber cómo funciona le ley y en qué porcentaje de fallecimientos se estabiliza la eutanasia. La experiencia los países con eutanasia deja claro que la inmensa mayoría de la población muere de forma natural, pero que disponer de esa opción es un beneficio para esa misma mayoría. Aun así, los derechos civiles no se miden por el número de personas que los ejercen, sino porque suponen un avance en las libertades, en las opciones disponibles y en el respeto a la dignidad de todas las personas, evitando de una vez que se obligue a muchas personas a vivir en contra de su voluntad.
La Asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) se solidariza con Sean Davison, detenido el 19 de septiembre en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y puesto en libertad unos días después bajo fianza, acusado de homicidio con premeditación.
Sean Davison, profesor de universidad, director de Dignity South Africa y actual presidente de la Federación Mundial de Asociaciones por una Muerte Digna (WFRtDS), acompañó en 2013 a su amigo Anrich Burger, un médico de urgencias que quedó tetrapléjico en un accidente en 2005, durante su muerte voluntaria.
Llama la atención que la policía haya detenido a Davison solo dos semanas después de la celebración del Congreso Mundial de la WFRtDS en Ciudad del Cabo. El arresto coincide también con un fuerte aumento de la demanda social de una regulación de la eutanasia en Sudáfrica y con el respaldo a la despenalización de la muerte asistida por parte de figuras públicas como el arzobispo y Premio Nobel de la Paz Desmond Tutú.
DMD comparte la lucha de DIGNITY SA, y de su presidente Sean Davison, por el reconocimiento del derecho de cada persona a decidir sobre su propia muerte. A lo largo de la historia, la conquista de derechos civiles no ha sido un camino fácil. Especialmente para los activistas cuyo compromiso personal con la libertad les ha llevado a asumir el riesgo de ser perseguidos y encarcelados.
En todas las sociedades desarrolladas hay una clara mayoría social a favor de que la muerte voluntaria, médicamente asistida, sea un derecho reconocido para toda la ciudadanía. Por desgracia, aunque la postura contrapuesta sea minoritarias, aún conserva una gran influencia. Criminalizar actos compasivos de acompañamiento o ayuda a morir no detendrá esta la lucha por la libertad y los derechos humanos.
En 2015, un grupo pequeño de mujeres y hombres de Tres Cantos comenzamos a dar los primeros pasos para constituirnos como grupo local de DMD. Actualmente estamos integrados en la Plataforma de Asociaciones de nuestro municipio.
Nuestro propósito es impulsar una conciencia colectiva que mitigue al máximo el sufrimiento de las personas durante su proceso de morir. Tenemos mucho camino por recorrer: favorecer que aumente el número de personas que realizan el Documento de Instrucciones Previas (testamento vital), velar por la correcta aplicación de la nueva Ley de eutanasia y fomentar la cultura de la buena muerte entre la población. En estos objetivos trabajamos.
Nos reunimos habitualmente el primer martes de cada mes, a las 18:30h., en la Casa de la Juventud, Sector Literartos, 12 . También instalamos un puesto informativo el primer domingo de cada mes en el mercadillo de la Avenida de Viñuelas.
Invitamos a todas las personas interesadas en impulsar estos valores a sumarse a nuestro proyecto.
Contacta con nosotros a través de dmd3cantos@derechoamorir.org
Éstas son algunas de las actividades que organizamos en colaboración con el tejido asociativo del municipio:
Si buscas libros que aborden el final de la vida, os dejamos los apuntes de nuestras tertulias literarias: comentarios, resumen (puede contener alguna revelación sobre la trama), opiniones del dinamizador y los participantes, etc. Todo para que te animes a participar en ellas o a proponernos alguna lectura nueva.
Para cualquier consulta ofrecemos las siguientes posibilidades:
Nos puedes encontrar en el “Local de Asociaciones” en la C/Álvaro de Bazán nº12 (Getafe)
José Antonio Rojas, hijo de Benita Sánchez y socio de DMD-Tres Cantos, frenó los intentos de encarnizamiento terapéutico y logró que su madre falleciese en paz, como ella deseaba, gracias al Documento de Instrucciones Previas. Los últimos tres días de Sánchez, de 85 años, fueron tranquilos.
Los pasó sedada, sin dolores, como había querido. En los inmediatamente anteriores, sin embargo, varios equipos médicos habían pedido intervenirla en quirófano, pinchar su médula espinal en busca de infecciones o administrarle antibióticos para que remitiesen.
Todo pese a un diagnóstico catastrófico y un pronóstico claro.
Lee el reportaje de Borja Robert publicado en la revista de DMD nº 76.
Testimonio Mi madre no quiso morir como lo había hecho mi abuela. Revista-DMD-76_2018 copia
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