DMD Asturias proyecta ‘Hin und weg’ en el Teatro Filarmónica de Oviedo

Prensa DMDAsturias, Noticias

El lunes, 11 de noviembre de 2019, a las 20 horas, en el Teatro Filarmónica de Oviedo, tuvo lugar la proyección de la película alemana “Hin und weg” (Viaje de ida, 2014), organizada por el grupo local de la asociación Derecho a Morir Dignamente de Asturias (DMD-Asturias) en colaboración con el Instituto Goethe,

Antes de la proyección, dos activistas de DMD Asturias explicaron los objetivos y valores de la asociación y animaron a los participantes tanto a hacer su testamento vital como a asociarse. También se habló de la película y su mensaje. De cómo, cuando la eutanasia o el suicidio asistido son legales, la decisión de adelantar la muerte puede ser muy dura tanto para quien la toma como para quienes están cerca pero abre las puertas a un tránsito en compañía, con cariño, sin sordidez. Tras la presentación se proyectó el spot Libres hasta el final.

La difusión del acto en la página web de la agenda cultural del Ayuntamiento, en la prensa local, en los centros de enseñanza de alemán y en las redes a lo largo de la semana anterior a su realización implicó la asistencia de más de trescientas personas a la proyección.

Crónica de la jornada «sobre eutanasia y muerte digna» en Oviedo

Prensa DMDAsturias, Noticias

El día 29 de octubre se celebró en Oviedo la jornada sobre Eutanasia y Muerte Digna organizada por la Asamblea de Estudiantes de Derecho, en la que participó DMD-Asturias.

La Jornada estuvo compuesta por dos mesas, la primera titulada “Enfoque jurídico de la eutanasia” contó con Carmen Tomás-Valiente, Miguel Ángel Presno Linera, Leonor Suárez Llanos y Juan Jesús Morcillo Jiménez. En esta mesa se plantean aspectos jurídicos de la ley y su anclaje en la Constitución y surgen dos maneras diferentes de abordar la defensa para la regulación de una futura ley de eutanasia, desde la salvaguardia  de la autonomía o desde la del derecho a una vida digna y el derecho a la libertad plena.

La segunda mesa titulada “Perspectivas social y profesional de la muerte digna y la eutanasia” contó con la participación Sergio Gallego,  Cristina Suárez y Fernanda del Castillo (DMD Asturias). En esta mesa se tratan aspectos relativos a  la ley de muerte digna de Asturias, los componentes que deben tener unos cuidados paliativos de calidad. Por parte de DMD se exponen las razones para una ley de eutanasia y se explica cómo las leyes de ‘muerte digna’ se topan con el Código Penal, lo que impide una autonomía plena. También se defiende que la eutanasia y los cuidados paliativos no son excluyentes sino complementarios y ambos necesarios.

Historia de una fake news

Prensa DMDArtículos Revista

A principios de junio, apareció en los medios de comunicación la noticia de que una chica de 17 años, víctima de agresiones sexuales y de anorexia, había muerto por eutanasia unos días antes en su domicilio, en un pueblo holandés.
La decisión de pasar a cuidados paliativos y no forzar la alimentación a petición de un paciente no es una eutanasia. Los medios holandeses no informaron la muerte de Noa Pothoven como un caso de eutanasia.

Ninguna ley en el mundo está más vigilada que la de eutanasia, y los datos demuestran que se puede regular de forma segura sin caer en abusos.

Lee el artículo completo de Fernando Marín, médico paliativista, publicado en la revista de DMD nº 80.

La muerte de Noa Pothoven. DMD 80-2019_web copia

 

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La eutanasia por sufrimiento psicológico

Prensa DMDArtículos Revista

Ante una realidad compleja, como es el suicidio, en lugar de reconocer que no tenemos una respuesta definitiva y válida para todos los conflictos que plantea, la sociedad la simplifica y crea el cliché de que el suicidio está mal y es cosa de locos. Como se ha repetido hasta la saciedad, el primer obstáculo a sortear al abordar la disponibilidad de la propia vida es el tabú social de la muerte.

Lee el artículo completo de Fernando Marín, médico paliativista, publicado en la revista de DMD nº 80.

La eutanasia por sufrimiento psicológico. DMD 80-2019_web copia

 

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El bien morir

Prensa DMDArtículos Revista

¿En qué consiste la buena muerte? Se ha intentado responder con referencias históricas, con reflexiones morales y/o filosóficas, cayendo en la trampa de creer que hay una única forma de morir bien, es decir, un solo “bien morir”.
Las personas no tenemos una existencia a la que se le añade vida, sino que existir como humanos exige ser, a la vez, vivientes. Nadie nos da la vida ni nos la quita, porque no somos “algo” con vida: somos vida. Al morir, no perdemos la vida, porque no hay nada en la persona que la tenga, nada del ser persona que quede después del hecho de morir y que no sea la simple materia inerte.

Lee el artículo completo de Julen Goñi, catedrático de Filosofía de EEMM, publicado en la revista de DMD nº 80.

El bien morir. DMD 80-2019_web copia

 

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Una carta que necesita respuesta

Prensa DMDArtículos Revista

Antoni Monguilod continúa esperando una ley de eutanasia que, para él, como para tantas otras personas, quizás ya no llegue a tiempo.
Y la pregunta que
nos hacemos es esta: ¿Cuánto pesará sobre la conciencia de nuestros representantes la cantidad ingente de dolor innecesario al final de vida de las personas que están reclamando poder encarar su muerte de otra manera?
«A los políticos les pido que despenalicen la asistencia a traspasar, porque ayudarían a mucha gente y se ahorraría mucho sufrimiento».

Lee el artículo completo publicado en la revista de DMD nº 80.

Antoni Monguilod DMD 80-2019_web copia

 

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Estudio internacional sobre valores. La eutanasia: más que aceptable para la mayoría

Prensa DMDNoticias, Portada

La Fundación BBVA ha publicado un informe sobre los valores de la ciudadanía de varios países europeos. Entre las cuestiones que han consultado está el grado de aceptación de la eutanasia. Según este sondeo, elaborado por Ipsos, el apoyo a la eutanasia es abrumador y transversal a toda la sociedad, tanto en España como en otros países de su entorno.

Pese a que sigue prohibida en sus códigos penales, la ciudadanía de España, Francia, Italia, Reino Unido y Alemania apoya de forma mayoritaria el derecho de una persona terminal a solicitar (y recibir) una muerte asistida. En promedio, el derecho a la eutanasia recibe una puntuación de 7,4 sobre 10. La encuesta plantea que una nota de 0 (cero) significa «totalmente inaceptable» y un 10 supone considerarlo «completamente aceptable».

Menos del 15% en España puntúa la ayuda médica a morir por debajo del 5. Aunque con otro formato de pregunta, los resultados apuntan en la misma dirección que otras muchas encuestas recientes: la eutanasia ya ni siquiera puede considerarse un asunto controvertido. El apoyo a esta práctica es mayoritario, a menudo por encima del 80% de población. Que siga siendo un delito es una anomalía democrática.

Apoyo trasversal

La encuesta también destaca que el apoyo a la eutanasia es mayoritario en todas las edades, géneros, ideologías y nivel de religiosidad. Aun así, señala que «el nivel de aceptabilidad se incrementa con el nivel educativo, entre quienes se declaran de izquierdas y entre los que expresan un nivel de religiosidad bajo». Incluso entre las personas que se autodenominan como «muy religiosas» la muerte asistida recibe un 6,1 de nota media en España (un 5,9 en el promedio del resto de países consultados).

La eutanasia se sitúa, según este trabajo, en una zona de «muy amplia aceptación». Recibe más apoyo que el matrimonio igualitario (que está en la zona de «amplia aceptación» u otras cuestiones generalmente aceptadas pero que provocan más controversia como el aborto o la gestación subrogada.

FESCIGU 2019: cinco días de cine y activismo

Prensa DMDCastilla-La Mancha, Noticias, Portada

El Festival de Cine Solidario de Guadalajara, más conocido como FESCIGU, es uno de los principales eventos culturales de la capital alcarreña. Se trata de un festival de cortos que en sus 17 años de vida ha logrado un gran prestigio e incluso colabora en la preselección de los cortometrajes que se disputan los premios Goya.

El Fescigu ofrece a las asociaciones sociales y ONG de la ciudad la posibilidad de poner una mesa informativa en el hall del Teatro Buero Vallejo, donde se celebra. Es una iniciativa excelente porque por ese ‘Hall Solidario’ pasan miles de cinéfilos a lo largo de los cinco días que dura el festival.

El grupo local de DMD en Guadalajara, que funciona desde hace año y medio, recibió este año la invitación para participar del Hall Solidario, y aceptó con alegría. Del 1 al 5 de octubre, los miembros de DMD han estado todas las tardes dando información y recogiendo nombres de personas que quieren acercarse a DMD o desean recibir información sobre los talleres de testamento vital que organiza el grupo. Entre uno y otro se han inscrito más de 50 personas.

Las organizaciones presentes en el Hall Solidario, por su parte, colaboran con el Fescigu participando en la elección del corto que, a juicio de todas, debe ser distinguido con el Premio Conciencia Social, para destacar el trabajo que demuestre una mayor sensibilidad.

Por supuesto, DMD aceptó encantada participar en el visionado de los cortos y en la elección del trabajo premiado, y la casualidad ha hecho que esa colaboración haya dado mucha visibilidad a la asociación. El premio Conciencia Social es entregado siempre en la Gala de Clausura por dos de las organización que han participado en la selección, escogidas por sorteo. Este año, una de las elegidas fue DMD. Gracias a eso, Mercedes Serrano, de nuestro grupo, tuvo la oportunidad de hacer una breve presentación de DMD desde el escenario del Teatro Buero Vallejo, ante un auditorio de más de mil personas.

 

La demencia no es «diversidad» ni «otra forma de ser»

Prensa DMDBlog DMD

Por Fernando Marín

«Enmarcar la demencia como una sentencia de muerte, una enfermedad sin cura, un deterioro lento y prolongado, una dependencia creciente y una pérdida de esperanza, solo aumenta el miedo y el estigma que rodea a esta enfermedad», dice un artículo publicado hace unos días en The Lancet, traducido por la magnífica web NoGracias, con motivo del Día Mundial del Alzheimer.

“Rastreamos los orígenes sociales del estigma de la demencia y ofrecemos una manera de restaurar la esperanza que es independiente de si la cura está en el horizonte o no. Un enfoque basado en la fuerza de respetar la capacidad individual, la perspicacia y la personalidad desde el diagnóstico hasta el aliento final”.

Discrepo. Para empezar, el estigma –si es que lo hay– no es comparable a otros casos, como el del VIH. Las personas con demencia no son vilipendiadas, insultadas, devaluadas, ni enviadas al ostracismo. Es la enfermedad, no la sociedad, la que las aísla del mundo. Eso no es un estigma, es la cruda realidad.

Efectivamente, como menciona el artículo, Descartes se equivocaba, pero no en el sentido que proponen los autores, sino en el que sostiene António Damásio: “Existo, luego pienso”. Sobre la demencia el famoso neurocientífico escribe:

«En su inexorable avance, los estragos van más allá de los procesos autobiográficos. En los últimos estadios de la enfermedad de Alzheimer, en aquellos pacientes que habían recibido una buena asistencia médica y lograron sobrevivir más tiempo, se iba asentando de manera paulatina un estado prácticamente vegetativo. La conexión del paciente con el mundo se iba reduciendo hasta parecer individuos afectados por un mutismo acinético. Los pacientes ejecutan un número cada vez menor interacciones con el entorno físico y humano, y responden cada vez menos estímulos procedentes de su alrededor. Las emociones de estos pacientes permanecen mudas y su comportamiento lo domina un ademán ausente, apático, vacío, descentrado, mudo». (Y el cerebro creó al hombre, pág. 348).

¿Qué significa restablecer la esperanza (perdida)? Nada. En mi caso, si padeciera una demencia, no deseo restablecer nada. Mi esperanza es que se respete mi voluntad de morir (del todo) antes de ser dependiente. Por si no me puedo expresar, así lo explico en mi testamento vital: si ya no me acuerdo de quién soy, quiero una inyección letal que en segundos me sumerja en un plácido sueño hasta mi muerte. Si la ley no lo permite, cuando ya no coma solo, me despediré de la vida ayunando.

Entiendo que el valor que yo le otorgo a mi libertad y a mi independencia física, es decir, a mi dignidad, no es compartido por otras personas, a las que respeto totalmente. Me parece fenomenal que, por lo que sea, ellas y sus cuidadoras encuentren sentido a una vida tan deteriorada. Pero negar la realidad para dulcificar una tragedia, inventarse cómo funciona el cuerpo humano, sólo conduce a la frustración.

“La demencia nos desafía a examinar lo que significa ser humano. Al adoptar un enfoque en la demencia basado en la fuerza, podemos dejar de ubicar nuestra personalidad en nuestras capacidades intelectuales y mentes adultas socialmente moldeadas, y ubicarla en nuestra vulnerabilidad, nuestra apertura, nuestra imaginación, nuestras capacidades no verbales, nuestra capacidad para dar y recibir amor, nuestra dependencia e incluso nuestra cercanía a la muerte. Estas cualidades humanas nos unen a todos si las compartimos. El reconocimiento de que las personas que viven con demencia poseen estas cualidades a lo largo del curso de esta enfermedad puede restaurar la esperanza y la conexión en los enfermos, en los profesionales sanitarios y en las parejas que los cuidan”.

¿Ubicar nuestra personalidad en nuestra vulnerabilidad? ¿Dar y recibir amor? ¿Una persona con demencia grave? Prefiero a Damásio:

“Y qué decir de los propios pacientes en este último estadio de la enfermedad, cuando su cerebro recibe un nuevo mazazo (…). El nuevo deterioro resulta muy doloroso de presenciar para las personas más allegadas a ellos, pero para los pacientes es como una bendición. En esta última etapa, los pacientes que presentan tal grado de deterioro de la conciencia no son conscientes de los estragos que la enfermedad les está causando. Se han convertido en los caparazones de los seres humanos que una vez fueron. Merecen nuestro amor y cuidado hasta el amargo final, pero por fortuna están libres ya, en cierta medida, de las leyes del dolor y del sufrimiento que siguen rigiendo para aquellos que los contemplan”.

Lo más sensato que dice al artículo es la importancia del testamento vital (directrices o voluntades anticipadas). Por mucho que hagamos de la necesidad virtud, las personas con demencia no “cambian nuestras vidas para mejor”, ni “el paisaje experiencial de las formas de diversidad cognitiva” es un beneficio social. La demencia no es un “problema de diversidad, ni una forma diferente de ser”, es una cruel enfermedad que no hace que “los enfermos sean nuestros maestros”, sino todo lo contrario, los degrada hasta hacerlos irreconocibles.

¡Por supuesto que hay que cuidar con el máximo respeto y delicadeza a las personas con demencia! Pero hay que abordar la tarea reconociendo que es durísima, sin engaños. Este enfoque, esta declaración de buenas intenciones, cuando se estrella con esta cruda realidad, no sólo no ayuda, ni consuela, sino que puede provocar daño en familiares agotados, culpables de no estar a la altura de palabras tan grandilocuentes.

Como comentaba hace unos años, mucho ojo con los mensajes que culpabilizan, la vida no es una postal.